Socio responsable: Agencia Gallega de la Industria Forestal (XERA – CIS Madeira), España.

Descripción: La presencia de termitas subterráneas es habitual en el sur de Europa y, sin embargo, la normativa es diferente (o inexistente) en los diversos países afectados como España, Francia y Portugal. Frente a las dudas que puedan surgir en determinadas situaciones, se propone realizar una revisión de las principales soluciones existentes para mejorar la durabilidad contra las termitas subterráneas y, en particular, su aplicación a los paneles de madera contralaminada (CLT).

Entre estas soluciones destaca un adecuado diseño constructivo, la disposición de barreras anti-termitas,  la aplicación de tratamientos químicos, etc.

El diseño constructivo contempla, principalmente, medidas destinadas a evitar aportes de humedad a los paneles, limitando con ello la posibilidad de ataque por parte de las termitas subterráneas. En edificios en altura estas medidas pueden contemplar que los sótanos y plantas bajas del edificio estén elaborados en otros materiales y que el arranque de la estructura de madera se inicie en las plantas superiores.

Otras buenas prácticas propician que el apoyo de los paneles se realice sobre muros elevados desde el suelo, sobre un durmiente de un material con una mayor durabilidad (natural o conferida), emplear selladores de testas, membranas antihumedad, etc.

También  puede ser importante facilitar la visibilidad y la accesibilidad de la estructura para poder detectar un ataque en sus fases iniciales.

Las barreras anti-termitas, físicas o físico-químicas, son una solución habitual y efectiva que puede instalarse en la interfaz entre el terreno y los cimientos del edificio o bien de forma parcial sobre el apoyo de los paneles de CLT. Ambos tipos de barreras impiden que las termitas las puedan atravesar.

Los tratamientos químicos en el caso de realizarse sobre  paneles de CLT, suelen consistir en un tratamiento superficial  y su mayor o menor efectividad está relacionada con el tipo de producto y la especie de madera empleada.

A este respecto, junto con la revisión de las soluciones existentes, también se llevarán a cabo algunas pruebas para comparar la impregnabilidad del pino radiata y la picea noruega, dos especies comúnmente utilizadas en la producción de CLT.